Poco tiempo después de separarse de Lola y Lali, Lein buscó un lugar apartado para revisar su botín. Esta vez la ganancia había sido considerable: tenía la espada y la bolsa de almacenamiento del hombre corpulento. Xu Li, tenia la habilidad para romper cerraduras, no tardó mucho en abrirla. Dentro encontró unas 30 bestias monstruo cazadas por el grupo de hombres, mayor cantidad y mejor calidad que las que había obtenido de las dos chicas.
También había cristales de aura, algunas pociones, libros de técnicas, armas y todo tipo de materiales y objetos de valor. En general, los cultivadores de aura eran ricos; cuanto más poderosos, mayor era su riqueza, y confiaban tanto en su fuerza que solían llevar la mayoría de sus pertenencias en sus bolsas de almacenamiento.
Lein tomó uno de los núcleos de una de las bestias más pequeñas y comenzó a absorber su energía. El proceso fue suave y sin contratiempos. En tan solo una hora, el núcleo estaba completamente vacío. Cuanto más fuerte se hacía, más fácil le resultaba absorber estos núcleos. El problema era que sentía que la energía que le proporcionaban era poca y la dificultad para subir de nivel aumentaba considerablemente. La energía requerida para pasar del nivel 2 al 3 era casi el doble que la necesaria para pasar del 1 al 2, y mientras más avanzaba en el cultivo, más difícil se volvería.
Después de terminar con el tercer núcleo, Xu Li lo detuvo.
—¿Qué sucede? —preguntó Lein mientras Xu Li lo examinaba detenidamente. Flotaba a su alrededor y sus ojos brillaban con una luz dorada, como si pudiera ver a través de sus secretos.
—Aunque es cierto que tu poder de absorción es mucho mayor que el de cualquier cultivador que haya visto, eso no significa que los practicantes comunes no puedan absorber la energía directamente de los núcleos como tú haces —dijo Xu Li, mirándolo con seriedad—. ¿Sabes por qué ellos no lo hacen y se toman la molestia de crear pociones y píldoras?
—Bueno, según he escuchado, lo hacen por dos razones: para aprovechar la mayor cantidad de energía posible y para eliminar las toxinas presentes en los núcleos y cristales de aura.
—Exacto —respondió Xu Li, asintiendo—. Tú lo haces de forma directa porque crees que las toxinas no te afectan, pero estás equivocado; en realidad, se están acumulando en tu cuerpo poco a poco. El efecto es mucho más reducido en ti que en un cultivador normal, pero sigue presente.
Lein se sorprendió mucho al escuchar la explicación de Xu Li, ya que no podía sentir ninguna toxina en su cuerpo, a pesar de escanearlo varias veces con su sentido espiritual. Xu Li, sin embargo, era una criatura mágica y poseía ciertos poderes especiales; sus ojos, en particular, eran extremadamente poderosos. También le explicó que conocía algunas recetas especiales que potenciaban los efectos de las píldoras y pociones, permitiendo que su cultivo mejorara más rápido y sin riesgos.
Poco después, Lein llegó a la ciudad. No tenía sentido seguir absorbiendo núcleos tras la explicación de Xu Li; además, necesitaba algunos materiales para que ella pudiera elaborar las pociones y píldoras. Sin pensarlo, se dirigió a la tienda principal de la ciudad, la más grande e importante, propiedad de la familia Loklar. Al cruzar la puerta, una joven hermosa lo saludó:
—Distinguido invitado, ¿en qué puedo ayudarlo?
Inmediatamente, Lein la reconoció: era la misma que lo había atendido la primera vez que vino a comprar un pico con los 10 puntos que había ganado en la mina. Por supuesto, la chica no lo reconoció a él; el cambio en Lein era enorme. Había pasado de ser un esclavo escuálido a un cultivador de aura de aspecto imponente, era muy alto y aparenta tener unos 18 años. A pesar de verse joven nadie no subestimaba los cultivadores podían verse muy jóvenes, pero era difícil saber su edad verdadera.
—Hola. Me gustaría comprar algunas cosas, lo más importante sería un caldero de alquimia. ¿Podrías mostrarme los mejores que tienes?
—Por supuesto, estimado cliente. Sígame —respondió la joven, guiándolo mientras su hermosa figura se movía con gracia—. Estos son los tres mejores calderos que tenemos en este momento. El primero cuesta 10,000 puntos, el segundo 5,000 y el tercero 1,000. Del primero y el segundo tenemos solo tres unidades de cada uno, mientras que del tercero tenemos en gran cantidad.
Lein se sorprendió mucho por los precios. Aunque ahora tenía algo de riqueza, sintió que los precios eran bastante altos, recordando cuando compró su primer pico por tan solo 8 puntos.
—No hace falta comprar un caldero muy caro para hacer las píldoras que necesitamos en este momento; además, en los cofres que dejó mi antiguo maestro hay calderos que son muchísimo mejores que estos —dijo Xu Li, señalando el más barato de los tres.
—Me llevaré el de 1,000 puntos. También necesito una piedra de aliento de fuego —dijo Lein. De forma tranquila pero autoritaria.
Xu Li ya le había explicado a Lein que estos calderos funcionaban con un tipo de piedra que contenía enormes reservas de energía de fuego. Estas solo se encontraban en lugares donde las temperaturas eran extremadamente altas, como volcanes o cavernas de lava.
—Por supuesto, estimado cliente. Le mostraré las mejores.
Lein siguió a la bella vendedora hasta un área con una especie de foso de unos tres metros de circunferencia, protegido con varias formaciones mágicas. Dentro, había rocas de diversos tonos rojizos que desprendían un calor sofocante. Era tal que, si te acercabas demasiado, las formaciones protectoras no podían contener completamente el calor.
—Puede escoger la que guste. El precio varía según el tamaño y la calidad de la llama.
Lein observó las piedras con curiosidad, pero no sabía mucho del tema, así que miró hacia Xu Li en busca de guía.
—Maestro, pida la que es mas opaca y tiene forma de huevo.
Lein se sorprendió por la elección de Xu Li, ya que esa piedra parecía la menos poderosa de todas. Sin embargo, confiaba en sus conocimientos y, sin dudar, siguió sus indicaciones.
—Me llevaré esta —dijo de forma decidida, señalándola con la mano.
La vendedora se sorprendió por su elección, ya que esa piedra de fuego era de calidad muy baja.
—Estimado cliente, ¿está seguro de su elección? Permítame recordarle que esa piedra parece tener poca vitalidad y su rendimiento será bajo. No es muy adecuada para el orno que escogió anterior mente.
—Agradezco el consejo, pero esa es la que quiero. ¿Podría decirme el precio?
—Bueno, su valor no es elevado. Serían solo 100 puntos de intercambio.
A pesar de no entender del todo por qué Xu Li eligió esa piedra, Lein sabía que debía tener sus razones y la compró sin objetar.
—Jajaja, maestro, encontramos algo muy bueno. Estas personas son ciegas y no pueden ver algo valioso ni aunque lo tengan frente a sus ojos —rió Xu Li, muy entretenida.
—¿A qué te refieres? ¿Por qué estás tan contenta?
—Maestro, eso no es una piedra de aliento de fuego; es un huevo de Wolky. En otras palabras, es una criatura espiritual como yo, solo que aún no ha nacido, respondió Xu Li con una sonrisa de satisfacción.
—¿En serio? ¿Estás diciendo que tu antiguo maestro también te selló en un huevo antes de morir? —preguntó Lein, intrigado.
—No, maestro, no es lo mismo, —aclaró Xu Li mientras negaba con la cabeza.
—Este caso es diferente. Ella aún no ha nacido. Para que un Wolky se vea como yo, debe haber vivido y cultivado durante miles de años. Este Wolky de fuego es solo una cría.
—¿Por qué dices 'ella'? ¿Acaso puedes saber su género?
—Todos los Wolkys son hembras al nacer, —explicó Xu Li.
Para reproducirse necesitan de otras razas, y los requisitos son extremadamente específicos. Deben madurar durante miles de años. Los poderes que manifiestan al nacer dependen mucho de con qué especie se aparearon. Por ejemplo, un Wolky de elemento fuego podría ser una mezcla de Fénix o dragón. Claro, eso solo en los mejores casos, ya que hay muchas bestias monstruosas de atributo fuego.
—¡Increíble! Parece que encontramos algo realmente valioso
Exclamó Lein, emocionado. Sacó una lista que Xu Li había preparado y se la entregó a la vendedora.
—Me gustaría saber si tienen estos materiales a la venta.
Los ojos de la chica brillaron al ver la extensa lista. Aunque la mayoría de los materiales eran comunes, había dos o tres bastante caros. Esto la alegró mucho, ya que la comisión que obtendría por la venta no sería pequeña.
—Claro, estimado cliente. Por favor, espere un momento mientras preparamos su pedido.
Mientras Lein esperaba, recorrió la tienda con su poderosa visión. Al infundir un poco de energía de aura en sus ojos, su vista mejoraba enormemente, permitiéndole ver detalles lejanos como si estuvieran frente a él. Fue entonces cuando un pequeño alboroto llamó su atención desde una esquina de la tienda, justo en la sección donde se vendían esclavos.
—Es ella —pensó Lein mientras se acercaba rápidamente.
—¡Aunque sean tus esclavos, no tienes derecho a golpearlos así! —dijo una joven de aspecto noble con firmeza, enfrentándose a un hombre corpulento de cabello rojo.
—Señorita Locklar, aunque su tío sea el dueño de la tienda, aún no me han pagado por estos esclavos, así que por el momento son míos y puedo hacer lo que quiera con ellos —respondió el hombre pelirrojo con una sonrisa burlona.
—Conoces las reglas de esta tienda: no se permite la violencia de ningún tipo, incluso si son tus esclavos — replicó ella con severidad— Si continúas causando problemas, informaré al gerente para que te prohíban hacer negocios aquí.
La joven no era otra que Annie Locklar. Discutía con un vendedor de esclavos que había golpeado brutalmente a uno de los cautivos que tenía. En este mundo, los esclavos humanos tenían ciertos derechos, pero aquellos de otras razas no corrían la misma suerte. Había cazadores de esclavos que se adentraban en los territorios de otras razas para capturarlos y venderlos. Las leyes humanas no prohibían estas prácticas, ya que muchas de esas razas eran hostiles hacia los humanos y realizaban Practicas similares.
El hombre sonrió y dijo en tono burlesco:
—Si no quieres que los golpee, solo paga mi precio y serán tuyos —soltó una carcajada.
Annie le arrojó una mirada fría.
—Yo no me encargo de las compras, habla con el gerente.
El hombre de cabello rojo estaba de mal humor por la intervención de Annie. Pensaba que era una niña arrogante que abusaba de su apellido para causar problemas, así que la ignoró por completo. Levantó su látigo tratando de golpear a uno de sus esclavos. Los ojos de Annie se abrieron con ira.
—¡Detente! —gritó mientras hacía un movimiento para detener al hombre de cabello rojo, pero este era un cultivador de aura de nivel 2. Era mucho más rápido y fuerte que ella, por lo que su respuesta fue un poco lenta.
Justo cuando el látigo estaba a punto de golpear a una de las esclavas, una mano apareció deteniéndolo y sosteniéndolo con fuerza.
Los ojos de Annie se abrieron como platos. En ese momento sintió una especie de deja vú.
—¿Acaso estás sordo? —dijo Lein de forma autoritaria, liberando su aura para demostrar su nivel de cultivo—. ¿No escuchaste que la señorita te dijo que hay reglas en este establecimiento?
El esclavista de pelo rojo arrugó la cara con una pizca de ira mientras intentaba recuperar su látigo, pero la fuerza de Lein no era una broma y pudo darse cuenta de que el hombre joven frente a él no era alguien fácil de tratar.
En el momento en que Annie escuchó la voz de Lein, pudo confirmar sus sospechas. El joven alto y fuerte de cabello largo frente a ella era el mismo que días atrás la había salvado. A pesar de que Lein tenía el rostro cubierto cuando se conocieron, su figura y temple eran los mismos. Además, la voz era inconfundible. La memoria y sentidos de los cultivadores de aura eran muy superiores a los de las personas normales.
Justo en ese momento, un hombre fuerte, encargado de la seguridad de la tienda, apareció en medio del esclavista y Lein.
—Caballeros, recuerden que en esta tienda las peleas están prohibidas. Si tienen alguna clase de disputa, pueden resolverla en la arena de combate de la ciudad.
Tanto Lein como el esclavista se retiraron un par de pasos. Rápidamente pudieron notar que la persona frente a ellos era alguien fuerte, en el nivel 4 de aura.
No era extraño que una tienda que comerciaba con mercancías de alto valor tuviese un par de hombres fuertes por motivos de seguridad. La razón por la que no se había mostrado antes era que las discusiones y disputas de este tipo eran muy comunes. Pero cuando las auras de Lein y el esclavista explotaron, el guardián no podía seguir al margen. Si dos hombres fuertes en el nivel 2 de aura peleaban dentro de la tienda, podrían dañar mercancía muy valiosa.
El esclavista pensó en pelear con Lein en la arena de combate y, de esa forma, quitarle la extraña bestia que se posaba en su hombro. Con su aguda visión pudo notar que esa criatura era excepcional. Pero cuando recordó la fuerza de Lein al sostener su látigo, cambió de opinión. Era obvio que Lein era un cultivador de aura de nivel 2, además su cuerpo físico era increíblemente fuerte. El hombre sabía que, en una pelea, era posible que perdiera.
—Bueno, chico, si tanto te preocupan estos esclavos, podrías cambiarlos por la criatura que tienes. ¿Qué dices? No es un mal trato. Estas dos bestias monstruo son de la tribu de los Novak, además son hembras jóvenes y hermosas. También puedes entrenarlas como guerreras.
La tribu Novak se encontraba en una ciudad muy alejada de la capital. El viaje era extremadamente peligroso. En cualquier momento podían aparecer bandidos o monstruos. Pero la peor parte era, en sí, la misma tribu Novak. Estos eran poderosos guerreros bestia que odiaban a los humanos. Esto se debía a que su apariencia era casi humana, solo había algunas pequeñas diferencias que los diferenciaban, como sus ojos, orejas y cola. Los Novak eran una tribu que descendía de los felinos y que, con los miles de años, evolucionaron hasta su estado actual. Su gran parecido con los humanos hizo que estos los cazaran para usarlos como esclavos. Esto generó el odio entre las dos razas.
Lein estaba a punto de rechazarlo cuando escuchó la voz de Xu Li en su cabeza.
—Maestro, haga el trato. Esas chicas bestia serán de gran ayuda para usted. No se preocupe por mí, después de que el hombre se aleje un poco, puedo escapar fácilmente y regresar.
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