jueves, 31 de octubre de 2024

El Legado de Lein Capitulo 18 Pelea con la pandilla de Gaball

 Mientras todos se preparaban para hacer su movimiento, Lein, envuelto en una poderosa aura de llamas, desapareció como un destello.

Tan solo una fracción de segundo después, se escuchó un grito de sorpresa que venía de uno de los cultivadores que se encontraba al final.

"¡Cuidado!" grito el líder de los hombres. Luego, una poderosa explosión de llamas cubrió toda el área que lo rodeaba. Lein había aparecido a su lado en un parpadeo, golpeando con su espada de fuego. El cultivador apenas pudo mover su espada y utilizar toda su energía de aura para intentar bloquear el ataque, pero fue en vano; su barrera de aura se rompió casi al instante junto con su espada. El hombre salió volando diez metros antes de caer, dando vueltas con una fea herida en el pecho. Como pudo, sacó una poción y se la tomó, intentando salvar su vida, pero su energía de aura estaba totalmente agotada.

El poderoso golpe de Lein generó una nube de fuego que cubrió a todos los que estaban cerca del impacto. Lein planeaba usarla como camuflaje para lanzar su siguiente ataque, pero justo en ese momento, algo extraño sucedió: el hombre corpulento recitó un conjuro, y su enorme espada empezó a temblar, creando un pequeño remolino que absorbió todas las llamas que Lein había desatado. Lein abrió los ojos como platos por la sorpresa, pero la cosa no quedó ahí; en ese momento, sintió cómo su propia aura de fuego era succionada hacia la gigantesca espada de su enemigo.

"Oh, no. Esto es malo", pensó Lein, mientras una pequeña voz le gritaba en su mente: "¡No uses tu aura de fuego! La espada de ese hombre es un tesoro de nivel tierra que puede absorber el fuego y luego devolverlo".

Lein se sorprendió mucho por las palabras de Xu Li. Desactivó su aura de fuego y posó su mirada sobre el corpulento hombre.

"¡Ja, ja! Ya no te ves tan arrogante como al principio, ahora que tus llamas son inútiles", dijo el hombre corpulento con una sonrisa burlona.

Las dos chicas, que se habían unido a la pelea y habían tomado cada una un oponente para ayudar a Lein, miraron preocupadas cómo la espada del enemigo absorbía el aura de fuego. A pesar de ser más débiles, eran valientes guerreras y no podían permitir que todo el peso de la batalla recayera sobre Lein. Sabían que no podrían resistir por mucho tiempo, así que todas sus esperanzas estaban puestas en él; si él caía, ellas lo seguirían sin dudar.

Justo cuando el hombre corpulento sintió que había absorbido todo el poder de fuego de Lein, una mirada asesina brilló en sus ojos.

"¡Muere!", gritó el hombre corpulento mientras miraba a Lein con desprecio. En ese momento, un poderoso rayo de fuego salió de la punta de la espada, dirigiéndose directamente hacia Lein. A pesar de la sorprendente escena, Lein no sintió mucho temor. Gracias a Xu Li, ya estaba preparado. Sin pensarlo dos veces, arrojó sus dos espadas hacia el rayo de fuego que se aproximaba. Una poderosa explosión resonó cuando las espadas de Lein se desintegraron, creando una nube de polvo y fuego que no permitía ver nada de lo que estaba sucediendo.

El hombre corpulento se sorprendió por la rápida reacción de Lein. Agarró su gigantesca espada con ambas manos, esperando que el polvo se disipara y buscando a Lein entre la nube. Todo había sucedido tan rápido que no estaba seguro de haberle causado daño. Justo en ese momento, sintió una poderosa aura asesina acercándose desde uno de sus costados. Agitó su espada, tratando de cortar al enemigo, pero la espesa nube de polvo lo cegaba. Su trazo despejó gran parte del polvo, y fue entonces cuando pudo ver a una pequeña bestia de ojos brillantes mirándolo fijamente, como si quisiera devorarlo. Por un momento, el hombre se confundió, pensando que era Lein, pero para su sorpresa, era su pequeña mascota la que desprendía esa poderosa aura asesina.

El hombre corpulento, aún aturdido, extendió su sentido espiritual para buscar a Lein. Sin embargo, en ese instante, una poderosa lanza atravesó su barrera protectora, haciéndolo volar varios metros antes de caer al suelo, escupiendo una bocanada de sangre. El hombre, tendido, observaba la punta de una lanza atravesando su pecho y sabía que su hora estaba cerca.

Lein se acercó caminando despacio al hombre corpulento, quien yacía en el suelo. Sujetó la lanza que atravesaba su pecho y la retiró con fuerza, provocando un chorro de sangre y un estremecedor grito de dolor que resonó entre los presentes. "Dame una razón para no quitarte la vida aquí", dijo Lein, apuntando su lanza hacia la cabeza del hombre.

"Tenga piedad de mí, mayor. Fui un tonto que no pudo ver su grandeza", suplicó el hombre corpulento. Lein miró a los compañeros del hombre, quienes estaban sorprendidos al ver la facilidad con la que Lein había derrotado a su líder. "¿Ustedes piensan seguir peleando?", les dijo Lein mientras apuntaba su lanza hacia ellos.

"Fuimos cortos de miras y no pudimos ver la grandeza de su excelencia. Nos rendimos", respondieron, inclinando la cabeza. Lein se agachó, tomó la bolsa de almacenamiento del hombre corpulento y caminó unos pasos, recogiendo la espada gigante del suelo. Luego, miró a los dos hombres y les dijo: "Llévense a los heridos y lárguense, pero recuerden: estas mujeres están bajo mi protección. Si me entero de que alguno de ustedes las molesta, no me culpen por ser despiadado".

Bajo otras circunstancias, Lein no habría dejado que ninguno saliera con vida, pues era mejor cortar los problemas de raíz. Sin embargo, había demasiados testigos, y no conocía los orígenes de esos hombres. Matarlos podría traerle problemas a él y a su familia.

Los dos hombres rápidamente le dieron una poción curativa al corpulento, estabilizando su condición. Aunque seguía en mal estado, su vida ya no corría peligro. Sin demorarse, abandonaron el lugar.

Concluida la pelea, las personas que observaban se dispersaron. Las dos chicas se acercaron a Lein, juntaron sus manos y se inclinaron en señal de agradecimiento.

"Muchas gracias, mayor, por su ayuda. Si no fuera por usted, la pandilla de Gaball nos habría causado problemas; son enemigos de nuestro clan".

"No tienen que dirigirse a mí tan formalmente. De hecho, soy bastante joven; pueden llamarme Lein", dijo él.

"Es un placer conocerte, hermano Lein. Mi nombre es Lola y ella es mi hermana mayor, Lali. Somos del clan Brahman".

"¡Lola, no seas irrespetuosa con el mayor Lein!", dijo Lali, jalando el brazo de su hermana menor.

"¿Por qué me gritas? No escuchaste lo que dijo el hermano Lein", respondió Lula. Lein sonreía mientras observaba la pequeña discusión entre las hermanas.

"No se preocupen por los títulos. Me siento más cómodo si ambas me llaman por mi nombre", dijo Lein, dirigiendo una sonrisa a la hermana mayor. Esta, al ver que realmente no parecía molestarle, dejó el asunto de lado.

Sin querer perder más tiempo, Lein fue directo al grano y les preguntó a las jóvenes:

"Para ser honesto, en un principio me acerqué porque estoy muy interesado en su presa. ¿Estarían dispuestas a venderla?"


"Será un placer dar esta presa a nuestro salvador", dijo Lali mientras se inclinaba.


"Aunque la necesito, no podría tomarla sin más; ustedes gastaron mucho esfuerzo cazándola, así que la única forma de que la acepte sería pagando un precio justo. El único problema es que no tengo cristales de aura en este momento. ¿Les parecería bien un intercambio?", respondió Lein.


Lali quería obsequiarle el oso a Lein; se sentía muy agradecida, pero por lo poco que había interactuado con él, ya sabía cómo era su carácter, así que no insistió en regalárselo.


"Si el gran hermano lo quiere, puede darnos lo que considere justo". En este mundo, llamar hermano o gran hermano a una persona que no era de tu familia era una muestra de respeto y camaradería.


Lein se acariciaba la barbilla de forma pensativa, pensando qué podía ofrecerles a las hermanas a cambio de la bestia monstruo. Su mayor problema era que no tenía cristales de aura, ya que Xu Li los consumió todos al despertar. Poseía mucho oro, plata y todo tipo de joyas, pero no estaba seguro de su valor en este mundo. Además, estas chicas eran cultivadoras de aura, y no sabía si las cosas comunes les interesarían. Mientras reflexionaba, observó la lanza que Lali tenía en sus manos: una especie de arma mágica de bajo grado que estaba muy desgastada y daba la impresión de que se rompería en cualquier momento. Lein arrojó la lanza que tenía en sus manos hacia Lali.


"Esta es una lanza de aumento de poder. Cuando atacas, puede incrementar la fuerza del golpe entre 2 y 10 veces. El golpe que acabo de lanzar solo aumentó la fuerza por 2. No estoy seguro de cuánta potencia le queda ya que es un articulo desechable, pero sin duda es un objeto que puede salvar vidas en una crisis. ¿Qué te parece el cambio?".


Los ojos de la chica se abrieron de par en par mientras examinaba la lanza completamente asombrada.


"Gran hermano, no puedo aceptar algo tan valioso. Conozco este tipo de lanza; es un objeto de nivel cielo. Aunque lo que dijo el hermano sobre la duración de su poder es cierto, no significa que ya no sirva; solo hay que llevarla a un herrero calificado para restaurarla una vez que se quede sin energía. Su valor es altísimo, y no parece una versión comercial de mala calidad como las que he visto. Parece que fue forjada por un herrero de altísimo nivel".


Lein volvió a ver a Xu Li de forma interrogativa, al parecer la información que le dio era incompleta.


"Bueno, mi antiguo maestro era muy rico. Cada vez que una de esas cosas se quedaba sin poder, simplemente las tiraba", dijo Xu Li mediante transmisión de voz para que solo Lein la escuchara.


Lali acercó la lanza de forma respetuosa hacia Lein para devolvérsela, pero justo en ese momento, Lola le arrebató la lanza de las manos.


"Bueno, hermana, si tú no quieres la lanza del hermano, yo la tomaré", dijo Lola mientras abrazaba la lanza de forma cariñosa.


"¡LOLA!" gritó Lali, muy enojada al ver el comportamiento descarado de su hermana.


Lein intervino para separar a las dos chicas que estaban a punto de pelearse.


"No te preocupes, para mí es un buen trato, ya que la bestia que cazaste es algo que necesito".


Lali no podía insistir en su negativa, ya que Lein tenía un nivel de cultivo superior al de ella y sería irrespetuoso rechazarlo una segunda vez. Llevó la mano a su cintura y sacó varias bestias monstruo que había cazado de su bolsa de almacenamiento.


"Gran hermano, ya que el trato que nos da es tan bueno, al menos reciba estas bestias monstruo que hemos cazado. Aunque no compensan la diferencia, es lo menos que podemos hacer".


Lein observó y vio al menos quince bestias de diferentes tipos. Sus niveles no parecían muy altos, pero sin duda eran el esfuerzo de varias semanas de dos cazadoras de aura con experiencia. Si fueran Cazadores humanos como su padre este seria un botín enorme. No se sentía bien quitándoles las presas a las chicas, pero entendió que, si no las aceptaba, solo haría que ellas se sintieran mal.


"Muchas gracias, es un gran trato", dijo Lein mientras sonreía a las dos hermosas cultivadoras.